EL DIOS DE LA MODA

Cristóbal Balenciaga

(Guetaria, España, 1895-Valencia, 1972) Modisto español. A partir de la muerte de su padre, ya desde los diez años, tuvo que ayudar a su madre en el oficio de costurera para sustentar a la familia. En 1916 abrió una casa de alta costura en San Sebastián, desde donde empezó a hacerse un nombre en el ámbito nacional.

Cristóbal Balenciaga

Gracias a ello pudo abrir una segunda tienda en Madrid en 1932 y otra en Barcelona en 1938, después de haber obtenido un éxito inmediato en París (1937). Con el estallido de la guerra civil española se trasladó a París, donde se convirtió en uno de los diseñadores más influyentes, con propuestas nuevas, elegantes y a menudo llenas de pasión en el color y las formas. Balenciaga permaneció siempre como una figura enigmática, alejada del mundo de la moda, y triunfó gracias a una sobriedad que en algunos modelos llegaba a la austeridad, tanto en vestuario diario como de noche.

En los años cincuenta, contrario al éxito del new look, lanzó el vestido camisero, el traje chaqueta y el tacón bajo, manteniendo la sobriedad de su estilo. Con la llegada del prêt-à-porter, la figura del diseñador de exclusivos fue relegada por la fórmula de la colección. Balenciaga no supo o no quiso adaptarse: en 1968 renunció a que su firma diera entrada al prêt-à-porter, lo que motivó la pérdida de su clientela estadounidense, por lo cual decidió cerrar su casa y se retiró.

En 1973, con motivo de la reapertura del Instituto de la Indumentaria en el Metropolitan Museum de Nueva York, se expusieron 150 de sus diseños, todos ellos modelos de referencia ya por entonces.